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La cita de honor terminó en una noche de alegría e ilusión en la víspera decembrina: Millonarios pasó por demasiados apuros, y volvió a padecer los horrores arbitrales de Nicolás Gallo (ya había sucedido en la Fecha 1 ante DIM) para dejar en el camino a equidad y seguir en el camino a la estrella 15.
La premisa que el técnico y desde esta tribuna han querido manejar es el mismo: paso a paso, con confianza pero sin confiarse. Lo he repetido tanto que ya suena a disco rayado, pero hoy más que nunca lo vuelvo a recordar, más después de lo visto el miércoles en el Estadio.
¿Gente insultando a los jugadores del equipo, el estilo de juego y lo que se veía en la cancha, cuando no iban ni cinco minutos de partido? ¡Por favor!, aquellos son, después de los hipócritas, lo más patético que he visto en mi vida. Dos sugerencias, en aras de unión y no de atomizar.
Uno: si es de los que va a estar insultando al equipo en todo momento, más en instancias definitivas, y cuando un partido estratégicamente no se ha armado, por favor no vaya. Lo que el equipo necesita en este momento es energía positiva y que nos vea respaldándolo en todo momento.
Dos: no se agrande, que apenas es un paso apenas hacia el título. Le recuerdo que una cosa es la obligación histórica, y la otra es la actual. La una nos impera a ganarlo todo, pero estamos lejos de volver aún a esos tiempos de gloria aun estando en cuartos de final.
El equipo debe ser el encargado de acércanos a tocar el cielo con la manos, no usted y su derroche y delirio de grandeza, cuando lo que más se requiere ahora es unión y humildad. No sé quién sea el rival en semis: ojalá sea Junior, así la presión que se vivió en cuartos ante Equidad no la volveré a ver.
Cristian Duvan Heredia
Redacción EXTRA / HSBnoticias.com